Friday, October 21, 2016

Los Indios, sin tener favoritismos, van a la ¡Serie Mundial!

Por Antonio Andraus
Invitado Especial ACD-NY

¿Se acuerdan ustedes, amables lectores, aquél tablazo de circuito completo del dominicano Edwin Encarnación, con dos compañeros en la ruta, al cierre del undécimo episodio y un out colgado en la pizarra, frente a un lanzamiento del derecho y también dominicano Ubaldo Jiménez, para que los Azulejos de Toronto capturaran el comodín de la Liga Americana frente a los Orioles de Baltimore por pizarra de 5 carreras por 2?

¿Recuerdan también las tres victorias consecutivas de los Indios de Cleveland en la Serie Divisional frente a los poderosos Medias Rojas de Boston, 5-4, 6-0 y 4-3, para eliminarlos de manera categórica en el camino en busca de la corona de la Liga Americana?

¿Y cómo poder olvidar los tres triunfos al hilo de los Azulejos frente a los Vigilantes de Texas, los flamantes campeones de la división Oeste de la liga Americana, por pizarras de 10-1, 5-3 y 7-6, para sacarlos del camino en la carrera por la corona del circuito?

Con esas dos sensacionales victorias, los Azulejos se empinaron con todas las posibilidades de poder llegar a la Serie Mundial, después de que el año pasado se quedaron en las puertas del horno para alcanzar el trofeo de la liga, frente a los Indios, al evidenciar una ofensiva con 266 de promedio, con 29 inatajables en 109 turnos, incluyendo 8 cuadrangulares, 5 dobletes y 1 triple, con 22 anotadas, numeritos alcanzados frente a los Vigilantes; contra 271 de promedio de la ‘’tribu’’, producto de 26 inatrapables en 96 turnos, con 5 ‘’bambinazos’’ y 3 dobletes, para producir 15 rayitas, contra los Medias Rojas.

Sobre el papel, los Azulejos estaban completos en su nómina, tanto a la ofensiva como a la defensiva, y desde luego, con su cuerpo de lanzadores; mientras que los Indios perdían a los serpentineros, el dominicano Danny Salazar y del venezolano Carlos Carrasco, cuando ingresaban a la postemporada, y ya en plena Serie por el Campeonato, al derecho Trevor Bauer, por una herida en su dedo meñique de su mano derecha, no pudo cumplir con su tarea de actuar de manera categórica en el tercer desafío ante los ‘’pajarracos’’ de Toronto.

No hay favoritismos
Pero en el béisbol los favoritismos simplemente no existen. Cualquier cosa puede suceder en esta clase de partidos de la postemporada, y si bien es cierto que nos inclinamos por la poderosa ofensiva de los Azulejos, nadie se imaginaba que su ‘’pólvora’’ a la ofensiva se mojara en los momentos cruciales de la Serie por el Campeonato de la Liga Americana frente a los Indios, que manejados magistralmente por el veterano estratega Terry Francona, se salieron con las suyas y hoy están en la Serie Mundial.

Ciertamente los Azulejos obtuvieron mejores guarismos ofensivos que los Indios, pero estos fueron oportunos al despachar sus batazos en los momentos en que necesitaban fabricar sus carreras, para que el cuerpo de relevistas, en forma admirable utilizado por Francona, se hiciera cargo de los partidos, cuando se llegaba al sexto episodio.

Los ‘’pajarracos’’ de Toronto despacharon 32 imparables en 159 turnos oficiales para 201 de promedio, con 2 jonrones, 2 triples y 3 dobletes, pero apenas fabricaron 8 carreras en los cinco desafíos de la serie, compilando 50 bateadores liquidados por la vía de los buenos lanzamientos, 14 de ellos, propinados por el zurdo Andrew Miller, el Pelotero Más Valioso de la contienda, en labor de 7 episodios y 2 tercios, en plan de relevista.

Los integrantes de la ‘’tribu’’, en cambio, consiguieron 25 indiscutibles en 149 turnos, para una ofensiva de 168, incluyendo 6 cuadrangulares y 6 dobletes, para conseguir la docena de anotaciones que, finalmente, los condujo a la victoria de 4 victorias contra 1 derrota, frente a los encopetados y poderosos bateadores de los Azulejos, que raquíticamente batearon para 120 en promedio a la ofensiva, cuando había corredores en circulación.

Los Azulejos no fueron oportunos con el bate en ningún momento de la serie, en cambio, los Indios sí consiguieron carreras en los momentos propicios.

Los abridores de los Azulejos, el mexicano Marco Estrada, en dos ocasiones, A.J. Happ, Marco Stroman y Aaron Sánchez, siempre concedieron sus carreras en los seis primeros episodios, incluyendo el cuarto encuentro en donde perdieron los Indios, para que con pinzas de cirujano, Terry Francona hiciera uso de su cuerpo de relevistas, que le rindió una barbaridad, empezando con el zurdo Andrew Miller, adquirido a mitad de temporada de los Yanquis de Nueva York, y terminando con Cody Allen, su cerrador de cabecera y con quien se la jugó en más de una oportunidad.

El crucial tercer juego
Nadie puede olvidar lo que hizo Francona en el tercer compromiso de la Serie por el Campeonato.
Trevor Bauer había sido seleccionado por Terry para abrir el segundo juego en Cleveland, pero una herida en su dedo meñique de su mano derecha, le impidió que lo llevara a la loma de los sustos, y en consideración a que tenía el día de descanso por delante, antes de viajar a Toronto, el estratega decidió utilizarlo para abrir el tercer juego en casa de los Azulejos.

Pero Bauer no estaba bien de su herida, producida en un accidente en su residencia, y a los pocos lanzamientos, el sangrado se hizo evidente, y apenas pudo laborar dos tercios de episodios, para darle paso a seis compañeros de serpentinas más, en camino a lo que fue la tercera victoria en línea de la final por el título.

Terry Francona creyó en Bauer cuando le dijo que estaba bien para salir a cumplir con y su tarea, y quizás pensó en que con cuatro y cinco episodios que le trabajara era más que suficiente. Pero no fue así.

Salió Bauer de la lomita y empezó el desfile. Dan Otero, un episodio y un tercio; Jeff Manship, también uno y un tercio; Zach McAllister, un acto completo; Bryan Shaw, uno y dos tercios; Cody Allen, uno y dos tercios; y, finalmente, Andrew Miller, con trabajo de un episodio y un tercio.
Mientras tanto, su ofensiva ‘’carburaba’’ de tal manera, que le fabricaban las 4 carreras de la victoria al abridor y estelar de los Azulejos, Marco Stroman, dos de ellas, con cuadrangulares solitarios de Mike Napoli y Jason Kipnis, todas ellas antes de cerrarse el sexto capítulo, para que los Indios ganaran ese crucial tercer juego y primero en Toronto, por pizarra de 4 carreras por 2.

Si los Azulejos hubiesen ganado ese tercer compromiso, quizás otro gallo hubiese cantado en la serie. Pero simplemente no fue así. Los Indios tomaban ventaja en la final de 3-0, algo que no estaba en las cuentas de nadie. Pero el haber conseguido los dos triunfos en Cleveland, abriendo la final por el título del circuito, les ofreció a los Indios una ventaja que jamás desperdiciaron.

Bates silenciados
Cierto es que los Azulejos obtuvieron mejor promedio de bateo, pero nada comparable a la oportunidad y la forma en que lo hicieron los Indios, novena que con Francisco Lindor, el mejor de la fase a la ofensiva, con promedio de 368, y de Lonnie Chisenhall, con 250 con el bate, se las ingeniaron para sacar adelante los compromisos, aun cuando dejaron 43 corredores esperando remolque sobre las almohadillas.

Kevin Pillar, con 063 de promedio a la ofensiva; Troy Tulowitzki, bateando apenas para 111; Russell Martin, contabilizando ofensiva de 118 y José Bautista, con 167 de promedios, son guarismos que en peloteros de la talla de los citados, no se esperaban, y es como para ponerse a llorar, aquí, allá o en acullá.

En el quinto partido, el que perdieron los Azulejos 3 carreras por 0, los ‘’pajarracos’’ canadienses dejaron a 18 hombres esperando sobre las bases, de los 64 que en total tuvieron en la serie, en cuyo encuentro, en cuatro episodios y un tercio, se enfrentaron al novato zurdo Ryan Merrit, extraído del cubilete de mago de Terry Francona, para ganar por blanqueada con el apoyo de tres de sus relevistas, y coronar a su club campeón de la Liga Americana, incluyendo batazos solitarios de circuito completo de Carlos Santana y Coco Crisp.

Los Indios triunfaron 2-0 en el primer juego; 2-1, en el segundo, ambos jugados en Cleveland; ganaron 4-2 en el tercero; perdieron 6-1 en el cuarto y vencieron 3-0 en el quinto, para la segunda blanqueada en la serie, éstos tres últimos desafíos, efectuados en el parque de pelota de Toronto.

Esperando rival
Ahora, los Indios tendrán cinco días de descanso, para esperar al ganador de la Serie por el Campeonato de la Liga Nacional, que están disputando los Dodgers de Los Ángeles y los Cachorros de Chicago, para empezar la Serie Mundial en su casa, a partir del martes 25 de octubre.

En el ‘’Progressive Field’’ de Cleveland se efectuarán los dos primeros choques de la Cita de Otoño, martes 25 y miércoles 26; las novenas tendrán descanso el jueves 27; y la Serie Mundial se reanudará el viernes 28, en el parque de pelota del campeón de la Liga Nacional: Los Ángeles o Chicago.

En cualquiera de esos dos escenarios, están señalados los encuentros tercero, cuarto y quinto, este último si es necesario, porque se declarará campeón del Clásico de Octubre al ganador de cuatro de los siete partidos previstos. Si son necesarios los encuentros sexto y séptimo, se volverá a Cleveland, la casa de los campeones de la Liga Americana.

Para algunos el prolongado descanso puede hacerle mella a la artillería de los Indios, pero para otros, se trata de un debido y oportuno descanso, especialmente para recomponer todas sus fichas y pensar en grande en la conquista del título de la Serie Mundial, que no alcanzan desde 1948.

Para Terry Francona lo más importante en los actuales momentos, luego de la celebración en grande que hicieron en Toronto y luego en Cleveland, es pensar en que su rotación permanecerá a la altura de las exigencias de la gran final y que su cuerpo de relevistas conservará su línea de juego, para aspirar al gran título del beisbol de las Grandes Ligas.

Friday, October 14, 2016

El comodín, ¡por fuera! de la final de la Liga Nacional

Por Antonio Andraus
Invitado ACD-NY

 Los Dodgers de Los Ángeles y los Cachorros de Chicago van por el título del circuito, mientras que los Gigantes de San Francisco, ganadores del comodín, y los Nacionales de Washington, se quedaron por fuera de la postemporada.

 La bendición de los años pares en este siglo para los Gigantes de San Francisco, que les ha ofrecido sensacionales triunfos en Series Mundiales, ha sido aplazada por ahora, agregándole el sabor de que siendo el equipo que conquistó la tarjeta de invitación para participar en la postemporada, al derrotar a los Mets de Nueva York, se quedó a mitad de camino para disputar la corona de la Liga Nacional.

 Y otro tanto se podría decir de los Nacionales de Washington, el equipo triunfador en la División Este del Viejo Circuito, que en extraordinaria serie divisional, finalmente cayó frente a los Dodgers de Los Ángeles, en un juego también de ‘’vida o muerte’’ en su propio parque de pelota, este pasado jueves por la noche, en la capital de los Estados Unidos.

 Los Dodgers de Los Ángeles serán los rivales de los Cachorros de Chicago en la gran final por el título de la Liga Nacional, en la Serie por el Campeonato que empieza a disputarse este sábado 15 de octubre, en el vetusto pero acogedor parque de pelota, el Wrigley Field, de la Ciudad de los Vientos, pautada a siete desafíos, en donde será declarado campeón al triunfador en 4 de los 7 partidos, si es que se llega a disputarse la totalidad de los juegos.

 Tanto los Gigantes como los Nacionales exhibieron una excelente calidad de juego en los compromisos de las dos Series Divisionales, pero como siempre se ha dicho, en cada partido de béisbol todo puede suceder y nada puede calificarse como inesperado, a menos que los errores, también parte integral del juego, hagan de las suyas cuando ciertamente nadie los espera.

 Los eliminados 
 En el caso de los Gigantes, lucharon denodadamente en procura de volver a estar en la contienda por el banderín de la Nacional, pero sucumbieron ante unos envalentonados Cachorros, que volvieron a exhibir porque fue la novena que ganó 100 o más juegos en la campaña regular.

 Los Gigantes perdieron por tablero de 1-0 y 5-2, en los dos choques jugados en Chicago, frente a los Cachorros; ganaron el tercero, en San Francisco, 6-5, en 13 espectaculares episodios; pero perdieron el cuarto, 6-5, saliendo de la batalla ante una entristecida afición que tenía mucha confianza en su grupo de peloteros. Pero ciertamente, ante los Cachorros, nada era fácil.

 En cuanto a la serie entre los Dodgers y los Nacionales, hay que coincidir con los críticos, de que se trataba de un mano a mano, como efectivamente sucedió, entre dos equipos que lo tenían todo para seguir adelante, pero que fueron los angelinos los que se agarraron de todo lo que el juego les ofreció, para derrotar a sus rivales de turno, en el quinto y último de la serie, en un choque de ‘’vida o muerte’’, como ocurre en los encuentros que se disputan por la tarjeta del ‘’comodín’’.

 Jugando frente a la afición de la capital de los Estados Unidos, los Dodgers cosecharon un racimo de 4 carreras abriendo el séptimo acto, encabezados con un tablazo de cuatro esquinas, sin compañeros en circulación, de Joe Pederson frente al formidable Max Scherzer, cuyo ‘’bambinazo’’ lo expulsó del montículo, cuando los Nacionales triunfaban 1 carrera por 0, asegurando la victoria con la actuación cerrada y firme del curazaleño derecho y taponero  del  club, Kenley Jansen, quien trabajó 2 actos y un tercio, cuando la nave naufragaba en el séptimo con las bases llenas, ponchando a Anthony Rendon; y de Clayton Kershaw, la estrella de la lomita de los sustos, laborando los dos últimos tercios del compromiso, en plan de relevista, dominando al poderoso bateador zurdo Danilo Murphy, con fácil elevado a la intermedia, y liquidando al dominicano Wilmer Difo, por la vía de los buenos lanzamientos, para cerrar de manera brillante el juego, guiando a su equipo al triunfo por tablero de 4-3, colgando los dos agónicos outs que necesitaba su novena.

 La gran final 
 Eso ya es historia. Ahora la gran final por el título de la Liga Nacional estará a cargo de los Dodgers y los Cachorros, en otro cierre de temporada digna de este béisbol de crema y nata, con por lo menos, la realización de los cinco primeros partidos, de acuerdo con los expertos.
 Los Dodgers cuentan con una nómina de peloteros que se ha integrado de tal manera, que da lo mismo ser titular que suplente, pues a todos les llega su oportunidad y el momento de vestir con orgullo el uniforme angelino. Si no, pregúntenle al receptor panameño, Carlos Ruiz, quien ha hecho de las suyas cada vez que sale a consumir su turno al bate y se comporta como todo un veterano que es, cuando está detrás del pentágono.

 Los Cachorros, por su lado, tienen confianza y optimismo para abrir la ruta que los conduzca a sus últimas ocho victorias, que les permita conquistar la anhelada y casi olvidada para ellos, corona de la Serie Mundial, que no la obtienen desde 1908.

 El camino no es nada fácil para ninguno de los contrincantes, en donde si bien los Cachorros aventajan a sus rivales en muchas de las estadísticas de la campaña regular, cuando se trata de la final, es a otro precio, y otras estadísticas se adueñan del panorama.

 En los cinco partidos en donde actuaron en la serie divisional, los Dodgers señalaron promedio ofensivo de 226 al bate, con 37 inatrapables en 174 turnos, incluyendo seis batazos de circuito completo; contra 200 de los Cachorros, producto de 28 inatajables en 140 turnos, con cinco tablazos de cuatro esquinas, en los cuarto partidos frente a los Gigantes.

 Pero los lanzadores de Chicago fueron más efectivos con 3.00 carreras limpias por juego en esos 4 partidos, contra 4.91 de efectividad de los serpentineros de Los Ángeles en sus 5 compromisos; pero los relevistas de los Dodgers mostraron mejor tarjeta con 2.82 de efectividad, contra 3.12 de los Cachorros.

 ¿En dónde puede estribar la pequeña gran diferencia de la serie por el campeonato entre los Dodgers y los Cachorros?

 Se nos ocurre pensar que la rotación de los Cachorros es más sólida que la de los Dodgers, o por lo menos más confiable, con Jon Lester, Kyle Hendricks, Jake Arrieta y John Lackey; y en que sus bateadores, como Anthony Rizzo, Jason Heyward, Ben Zobrist, Addison Russell y Dexter Fowler, por decir lo menos, despierten con el madero antes de que sea demasiado tarde.

 Ahora bien. En los Dodgers han estado silenciados bateadores como Yasmani Grandal, Corey Seager, Adrián González y Chase Utley, así como la  ausencia del cubano Yasiel Puig, quien puede hacer la diferencia en cualquier momento, apenas para citar a peloteros que han rendido dentro de lo normal, por lo que una reacción debe llegar ahora más que nunca y no debe sorprender a nadie.

 En cuanto a su cuerpo de lanzadores, que parece estar un poco maltratado, porque por ejemplo, Clayton Kershaw, su astro, por obvias razones, no estará disponible para el primer juego, obliga a Dave Roberts, el novato piloto de los Dodgers, a tener que confiar en que el japonés Kenta Maeda, quien abrirá el primer compromiso; el novato mexicano Julio Cosar Urías o en Rich Hill, puedan volver a subirse a la lomita para afrontar con buenas proyecciones los dos primeros partidos en Chicago, para luego pensar en los encuentros que deben afrontar en Los Ángeles.

Ese podría ser el orden para la serie frente a los Cachorros, pensando en que para el tercero, Kershaw estaría disponible enfrentar a los rivales de turno, pero la última palabra no la ha dicho Roberts, hasta el momento de escribir esta nota.

 Joe Maddon, el veterano estratega de los Cachorros, con el debido descanso de tres días, tiene que utilizar su rotación en la forma en que lo hizo frente a los Gigantes, con el zurdo Jon Lester, y los derechos Kyle Hendricks, Jake Arrieta y John Lackey, en ese orden, si es que no considera conveniente efectuar algún cambio de última hora, antes de que se inicie el segundo juego de la serie por el campeonato.

 Del calendario 
 Con los dos primeros partidos de la Serie de Campeonato por la Liga Nacional en el estadio Wrigley Field, de Chicago, previstos para jugarse sábado 15 y domingo 16 de octubre; descansan el lunes 17, y juegan el martes 18 y el miércoles 19, en el Dodgers Stadium, en los encuentros tres y cuatro. Si se necesita el quinto, se jugará el jueves 20, en el mismo escenario.

 Pero si las exigencias de la serie obliga a los partidos sexto y séptimo, los clubes descansan el viernes 21, y jugarán sábado 22 y domingo 23, los dos últimos compromisos, nuevamente en el diamante de Chicago.

 Nos inclinamos por los Cachorros para ir a la disputa de la Serie Mundial, por la forma de juego que tiene y por la propia nómina con que cuenta. Pero los Dodgers, como lo han demostrado, si llegasen a perder, pelearán hasta el último out del último episodio, para no dejarse sacar de la contienda por el codiciado cetro del Clásico de Otoño.










Thursday, October 13, 2016

Los favortios en la Americana perdieron

 Por Antonio Andraus
Invitado ACD-NY

 Los Azulejos de Toronto y los Indios de Cleveland, por la corona del nuevo circuito. Los Medias Rojas de Boston y los Vigilantes de Texas, se quedaron esperando una próxima oportunidad.- 

Francisco Lindor, Indios de Cleveland.
El béisbol es el béisbol, y en pocas ocasiones esa disciplina de la era moderna se compagina con los numeritos, con el análisis de los expertos, y mucho menos, con lo que realmente surge en los resultados cuando se desarrollan los partidos sobre los diamantes. 

Los Medias Rojas de Boston eran favoritos para ir a discutir la corona de la Liga Americana este año, no tanto por lo que habían ofrecido sobre los parques de pelota después de un tambaleante comienzo y una final de película para capturar el título de la División Este de su circuito, sino por la propia conformación de su novena. 

Ni qué decir de los Vigilantes de Texas, un club que fue inestable cuando apenas despuntaba la campaña, pero se fue consolidando de una manera tan categórica, que sus inmediatos rivales lo vieron desprenderse como líder indiscutible de la División Oeste del Joven Circuito, casi un mes antes de que concluyeran las acciones del calendario regular. 

Los Medias Rojas fueron los líderes de bateo escoltados por los Tigres de Detroit; encabezaron la tabla de carreras remolcadas; primeros en carreras producidas; cargaron con los honores de ser la novena con mejor slugging en la temporada (número de bases alcanzadas a través de sus inatrapables);  sus lanzadores ocuparon la cuarta casilla en efectividad, pero fueron los que menores cuadrangulares aceptaron en la temporada.  

Los Vigilantes fueron terceros en la producción ofensiva en la campaña regular; y segundos en carreras impulsadas; cuartos en rayitas anotadas; y cuartos en bases alcanzadas por sus indiscutibles o slugging; y así por el estilo. 

Pero los Medias Rojas y los Vigilantes cedieron el paso para la ronda final por la corona de la liga, a los Indios de Cleveland y a los Azulejos de Toronto, respectivamente, éste último equipo, clasificándose para la ronda de postemporada, al derrotar en el juego de ‘’vida o muerte’’ a los Orioles de Baltimore, otro gran candidato de la campaña que finalmente no llegó. 

Estarán ¿mano a mano? 

Por esos quienes escogieron con boleto a ganador a los Medias Rojas de Boston y a los Vigilantes de Texas, ¡perdieron!; porque ambos cayeron sin fórmula de juicio, por barrida de 3-0 frente a sus contrincantes de turnos, los Indios y los Azulejos, en ese orden. Pero fue más doloroso para los Vigilantes porque dos de las tres derrotas, fueron en su casa. 

Así las cosas, la corona de la Liga Americana será disputada, a partir de este viernes 14 de octubre, entre los Azulejos de Toronto y los Indios de Cleveland, en una final del circuito joven que puede resultar reñida de principio a fin, por las características y calidad de ambos clubes. 

Los serpentineros de la novena canadiense tienen mejor guarismo en efectividad que el grupo de la ‘’tribu’’, al mostrar tarjeta de 3.78 contra 3.84 en carreras limpias, ocupando en esa dependencia las dos novenas, el primero y segundo lugar del circuito; los Indios superaron a los Azulejos en la campaña regular al conquistar 94 victorias contra 89; pero en cuadrangulares, los ‘’pájaros’’ canadienses martillaron 221 ‘’bambinazos’’ contra 185 de la ‘’tribu’’; mas en vuelacercas permitidos por los lanzadores, los caciques de Cleveland aceptaron 186 contra 201 tablazos de circuito completo de los Azulejos, mientras que ofensivamente quedaron exactamente igualados en la campaña, bateando ambas novenas para 262 de promedio. 

Fácilmente se puede observar que hay equilibrio en los dos equipos y que si bien es cierto que la alineación regular de los Azulejos mete miedo a cualquier rival, especialmente por su producción de cuadrangulares, con Josh Donaldson, los dominicanos José Bautista y Edwin Encarnación; el venezolano Ezequiel Carrera; Troy Tulowitzki, el receptor canadiense Russell Martin, Kevin Pillar, Melvin Upton y Darwin Barney, entre otros peloteros destacados; en los Indios la oportunidad de despachar batazos a cualquier lugar del diamante, para remolcar carreras de manera oportuna, es contundente, como suele ocurrir con el bate de Rajai Davis, Jason Kipnis, Mike Napoli, Lonnie Chisenhall, Brandon Guyer, y de los dominicanos Carlos Santana y José Ramírez; y de los puertorriqueños Francisco Lindor y Roberto Pérez, quien le ha rendido muy bien al club reemplazando al titular en la receptoría, el brasileño Jan Gomes. 

¿Están las novenas mano a mano para la contienda por la corona de la Liga Americana? Si nos atenemos a los numeritos y a las actuaciones de los dos clubes en la campaña regular, parece que sí. Pero pero pero sólo habrá un campeón de la Liga Americana. 

De los lanzadores 

John Gibbons, el estratega de los Azulejos, anunció para el primer partido de la Serie por el Título de la liga, señalada a siete desafíos para declarar campeón del circuito al club que alcance cuatro victorias, seguidas o alternadamente, que utilizará el veterano derecho mexicano Marco Estrada, el mismo que amarró a los Vigilantes en el primer juego de la Serie Divisional, trabajando en ocho episodios y un tercio, permitiendo apenas 4 inatrapables, 1 carrera, no otorgó bases por bolas y retiro a 6 bateadores por la vía de los buenos lanzamientos. 

Terry Francona, el capataz de los Indios, por su lado, confirmó que para el primer compromiso de la final por la corona del circuito, llevará a la lomita de los sustos al derecho Corey Kluber, quien laboró 7 episodios en el segundo encuentro frente a los Medias Rojas, permitiendo apenas 3 inatajables, sin permitir rayita alguna, con 3 transferencias otorgadas y 7 bateadores abanicando la brisa. 

Ninguno de los dos técnicos anticipó los nombres de los serpentineros que irán en los juegos siguientes de la final. Pero es confiable en que A.J. Happ será utilizado para el segundo partido por parte de los Azulejos y que Trevor Bauer lo hará por los Indios. Pero todo pueden cambiar horas antes de cada encuentro, por decisión de los respectivos pilotos. 

Para redondear el pro y el contra de esta gran final por la corona de la Liga Americana, hay que dejar bien claro que hay una aparente ventaja para los Indios, dado que los dos primeros juegos serán en su casa, pero que si en uno de ellos triunfan los Azulejos, entonces cambiará el panorama, porque los tres partidos siguientes tendrán como escenario al parque de pelota de Toronto. 

El calendario 

El primer juego de la Serie por el Título de la Liga Americana, se efectuará este viernes 14 de octubre, en el diamante de los Indios, en Cleveland, a partir de las 8 de la noche, hora del Este de los Estados Unidos. 

El segundo partido será sábado 15, en el mismo escenario. Los equipos descansarán el domingo 16. La final se reanudará en el Roger Centre de Toronto, en donde están anunciados los desafíos tercero y cuarto, lunes 17 y martes 18; y si es necesario, el quinto, será el miércoles 19. 

Si son necesarios los partidos sexto y séptimo, las novenas descansarán el jueves 20; y vuelven a Cleveland, para jugar el viernes 21 y el sábado 22 de octubre. 

Esa mirada general que le hemos hecho a esta serie por el campeonato de la Liga Americana, y por el escrutinio personal y subjetivo que le aplicamos a las dos novenas, nos inclinamos en considerar a los Azulejos para conquistar el cetro de la Liga Americana más por la experiencia de casi toda su nómina participante que por cualquiera otra consideración especial. 

Pero recuerden una vez más que el béisbol da tantas sorpresas, que casi siempre nos gana la partida, en cuanto le sea posible y a ello nos exponemos nuevamente.