Por Sadiel Lebrón
Miembro ACD-NY
El béisbol está de luto. El polémico dueño de los Yankees de Nueva York, el Sr. George M. Steinbrenner III, quien revolucionó el béisbol como dueño de equipo en los tres primeros años de la década del ’70, murió este martes, 13 de julio.
Su muerte, producida por un infarto masivo cuando tenía los 80 años de edad cumplidos, enluta no sólo el béisbol de Grandes Ligas, sino el béisbol mundial, porque Steinbrenner fue un personaje que trajo, entre otras cosas, prestigio al juego, una manera diferente de contratar jugadores y, sobre todo, una mítica ganadora sólo comparado con los antiguos dueños del equipo que el compró a precio de “vaca”.
"Con una profunda tristeza, la familia de George M. Steinbrenner III anuncia su fallecimiento. Éste falleció esta mañana –martes 13 de julio- en Tampa, Florida., a la edad de 80 años", indicó la familia en comunicado difundido en la prensa.
"Fue un hombre increíble y muy caritativo. Fue un visionario y un gigante de los deportes. Tomó a una franquicia hundida en conflictos y la regresó a la ruta ganadora".
El ascenso de “The Boss” (El Jefe) a la cúspide del béisbol organizado de Estados Unidos comenzó en enero de 1973, cuando él y un grupo de inversionista pagó un total de 8,7 millones de dólares, cifra que durante 30 años la duplicó por cien veces hasta llevar a sus adorados Yankees de Nueva York a conseguir un valor único estimado en los 1,600 millones de dólares, sólo el equipo, sin contar con los derechos de la cadena de televisión YES Network y el nombre del Yankee Stadium.
Fue tanto su éxito, que apenas unos tres años después de haber hecho su inversión por los llamado Bombarderos de El Bronx, el equipo avanzó a la Serie Mundial después de una década del ’60 llena de fracasos. Al año siguiente, en 1977, ganaron su primer Clásico de Octubre, repitiendo la faena en 1978, ambas veces ante los Dodgers de Los Ángeles.
La década del ’80 prometía grandes cosas cuando en 1981 volvieron a jugar la Serie Mundial, pero esta vez cayeron vencidos ante los Dodgers. De ahí en adelante el equipo fue todo un desastre en términos de resultados, entradas al estadio y de manejos internos.
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Steinbrenner se caracterizó por ser polémico. Fue tan así que fueron bien conocidas sus disputas de amor y odio con leyendas del equipo como el ex segunda base y luego dirigente Billy Martin, a quien despidió en varias y volvió a contratar en varias ocasiones. También con el legendario y adorado receptor Yogi Berra, ganador de 10 títulos de Serie Mundial con los Yankees, a quien también despidió y exilio del Yankee Stadium y de la organización por más de una década.
Fue expulsado de por visa por el entonces comisionado de béisbol de las mayores, perdonado por el presidente de turno, Ronald Reagan y reinstalado en el Big Show en 1993, a tiempo para ver a sus Yankees ganar la División del Este de la Americana en la recortada temporada por huelga de 1994. Dos temporadas después, los Yankees ganarían el primero de cuatro títulos de Serie Mundial en cinco años.
Pero también se destaca por se un hombre agresivo a la hora de conseguir sus objetivos. Fue él quien comenzó la danza de los millones de dólares contratando a jugadores de la crema y nata de las mayores, siendo un ejemplo claro de eso Reggie Jackson, a quien le dio mucho dinero, todo y en contra de la volunta de Martin, para ser el jugador estrella del equipo. Se puede mencionar también a Catfish Hunter, entonces el mejor lanzador de la Liga Americana. Lo mismo hizo con Dave Winfield, a quien degradó en público.
Hoy en día no le ha temblado el pulso para dar el visto bueno para contratar por encima de los 100 millones de dólares a Derek Jeter (189 millones), Jason Giambi, Mark Teixeira (180 millones), C.C. Sabathia (160 millones), y absorber el contrato primero el contrato de 250 millones de Alex Rodríguez y luego firmar al pelotero de origen dominicano por 280 millones.
A pesar de las cifras exorbitantes en contratos de jugadores los resultados están ahí. Bajo su mandato, los Yankees conquistaron 11 banderines de la Liga Americana y siete títulos de Serie Mundial.
Es una gran pérdida para las Grandes Ligas y el béisbol. Hombres como Steinbrenner nacen pocas veces.
¡Paz a sus restos!
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