Béisbol en Santiago de los Caballeros

EL BIG SHOW

Por Rafael V. Peña
Miembro ACD-NY





Después del extraordinario, pero fallido torneo profesional de 1937, que vio a los eternos rivales de la pelota criolla, Leones del Escogido y Tigres del Licey, convertirse en Dragones del Ciudad Trujillo, el beisbol rentado del país cayó en un letargo del cual despertó en 1951.

Cuando los Dragones vencieron a las Åguilas Cibaeñas el domingo 11 de julio, coronándose campeones nacionales, los jerarcas del beisbol pagado optaron por retirarse de futuras competencias, concluyendo, silenciosamente, que era difícil y “peligroso” derrotar a un equipo con el nombre de Trujillo.

“La Máquina Perfecta” o los “Asesinos de la calle El Conde”, como fueron bautizados los Dragones por Julio C. Linval y Miguel A. Peguero hijo, respectivamente, estaba confeccionada para ganar.

Sin embargo, la desaparición como negocio del beisbol de los diamantes quisqueyanos, no significó la muerte del mismo como el deporte número uno de los dominicanos. En efecto, las actividades deportivas en general y beisbolera en particular se acrecentaron tanto en los años 40”s, que muchos la llaman la “Época Dorada del Deporte” en el país.

Independientemente de la ola de represión a que fuimos sometidos los dominicanos por el régimen de terror imperante, y del cual sus más fieles colaboradores son ahora sus mayores detractores, lo cierto es que en dicha década, se construyeron estadios de beisbol como el 24 de Octubre – frente a Güibia- el Molinuevo Park, en Villa Duarte y el de la escuela normal Presidente Trujillo; y arenas boxísticas como el coliseo Trujillo –José Gabriel García y 19 de Marzo - y el Ramfis, en la avenida José Trujillo Valdez con Barahona, para citar sólo algunos en la capital.

Se celebraban grandes torneos en todos los deportes y había hipódromos en diferentes ciudades de la nación. Eran clásicos, además, los famosos torneos beisboleros entre los competentes y equilibrados clubes Licoreros del Ron Nika, Cerveceros del Presidente y Arcángeles del San Rafael, en la capital.

Santiago, la “Ciudad Corazón”, por otro lado, no se quedaba atrás, y efectuaba sus propios campeonatos. Uno de ellos fue el celebrado entre los equipos Ejército Nacional, Colmado Felicidad, Veteranos y Pinos Nuevos de Santiago, en la primavera de 1941.

Con victoria del Ejército Nacional frente a los Veteranos, dirigidos por Luis Tomás Saillant, se inició esta justa semi-profesional el domingo 20 de abril. Estaba auspiciada por el Honorable Ayuntamiento y en la misma se discutía “Una Copa de Plata y un flamante cheque de $50.00”, como señala el periódico La Información del 24 de abril.

Los Veteranos, con jugadores de la talla de Chaguín Gómez, Papín Henríquez, Negro Liriano, Juan Ramón “Güeba” Rodríguez y Francisco “Bebecito” Del Villar, más el refuerzo de última hora Luis “Güigüí Lucas” St. Claire, ocuparon el primer lugar la mayor parte del torneo, pero no soportaron el empuje de los Pinos Nuevos, que dirigidos por el novato Aquiles Martínez, y en el cual actuaban su hermano Toñito, Buá Espaillat, el jardinero vegano Roque Holguín, Mito Liriano, Juan Podestá y Ramón Eligio “Tetelito” Vargas, se alzaron con la corona final. Holguín fue el líder de bateo y Liriano tiró juego sin hits y sin carreras contra los Veteranos.

Todos los partidos se efectuaron en el estadio Municipal Enriquillo y el mismo sirvió de catapulta para jóvenes como Mangolo Abreu, Espaillat, Holguín, los hermanos Martínez, Podestá y Vargas, entre otros, según La Información.

Este fue apenas, uno de los muchos campeonatos celebrados en la ciudad del Río Yaque en dicho período.

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