Monday, December 13, 2010

Torneos de Verano, parte IV



Por Rafael V. Peña
Miembro ACD-NY


“Creo que Marichal ( Juan ) fue el mejor lanzador de nuestra era. No tenía los mejores lanzamientos, pero fue el mejor pitcher. Tiraba strikes en cualquier forma y colocaba diferentes lanzamientos donde quería . Marichal fue difícil “.

Bob Gibson, del libro Sixty feet – six inches, página 146 En 1953.

Licey presentó uno de los equipos mejor balanceados de la joven pelota profesional del país, para alzarse con su segunda corona final en apenas tres años. Los Tigres llevaron una combinación letal de pitcheo, bateo , fildeo y rapidez en las bases, pocas veces vistas en una novena en el beisbol dominicano.

La brutal ofensiva de los azules estuvo encabezada por lo que don Félix Acosta Núñez bautizara como los “Tanques”, un cuarteto de temibles bateadores, encabezado por Alonzo ( Su Majestad ) Perry, Bert ( El Bárbaro ) Haas, Luis Rodríguez ( El Jíbaro ) Olmo, y Valmy ( Pasito Tuntún ) Thomas, quienes se convirtieron en el azote del pitcheo contrario en las dos vueltas del torneo.

A ese cuarteto mortífero de bateadores, se unió el trío compuesto por los jardineros criollos Luis ( Grillo C. ) Báez, Alcibíades ( El Maeño ) Colón y el intermedista Olmedo ( El Chelito ) Suárez, quienes encabezaron la liga en diferentes departamentos ofensivos.

Los hermanos Olivo, Chichí, 10 – 4 – 2.94, Guayubín, 6 – 2 - 2.34, el cubano Santiago Ullrich, 10 – 5 – 1.99 ( segundo detrás del líder, Johnny Wright ) y el estelar relevista bonaense Miguel Ångel Vargas, dieron al Licey un cuarteto de lanzadores que durante la temporada regular terminó con record combinado de 36 - 18 y que en la Serie Final venció con suma facilidad, cuatro juegos a uno, a las Åguilas Cibaeñas.

Los Tanques: Un fracaso total en los circuitos minoritarios, Perry, de 30 años de edad, sin embargo, no tenía piedad ofensiva en las ligas fuera de los Estados Unidos, sobretodo en la dominicana, donde en varias ocasiones fue líder de bateo, cuadrangulares, bases robadas y en carreras empujadas, especialmente en 1953, cuando impuso la marca de 53, todavía vigente en la liga.

Haas, con nueve años de experiencia en las Grandes Ligas, fue líder de cuadrangulares con ocho y en bateo con .323 en la Liga Cubana en 1950 – 1951 y en 1951 – 1952 respectivamente, defendiendo la antesala de los Leones del Habana. Fue segundo en hits, 71, detrás de Suárez, y segundo en empujadas, 40, detrás de las 53 de Perry.

Rodríguez Olmo, otro veterano del Big Show, era un peligroso bateador que el año anterior, también con Licey, se coronó líder de los bateadores.

Thomas, receptor de Islas Vírgenes, fue líder en triples con seis.En 1953, Licey colocó a dos de los tres líderes de bateo, ( el líder, Tetelo Vargas ), Colón .338, y Suárez, .336; los tres primeros en anotadas, Colón 42, y Perry y Báez, 40; los dos primeros en hits, Suárez 72, y Haas, 71; en sencillos, Suárez, 65, y Colón 61; en cuadrangulares, el líder, Perry, 11, y finalmente, en bases robadas, Perry con 16, y Báez, con 12.

Dicho simplemente, Licey en esa temporada fue la “Gran Maquinaria Azul”. Para terminar, también se llevó el City Champ.Próximo: 1954, Estrellas Orientales se llevan el cetro.Al Cierre: “Monkey sees, monkey does” : Es increíble como la influencia del locutor de beisbol cubano Rafael Rubí, quien hace más de cincuenta años salió del territorio dominicano, y quien bautizó al palco de prensa del estadio Trujillo, hoy Quisqueya, con el mote del “Séptimo Cielo”, todavía predomina en ciertos narradores del país.

Lo peor del caso es que la mayoría de estos narradores, son veteranos de mucha calidad y que no tienen motivo para estar imitando a nadie. En ese sentido, Félix Acosta Núñez y Billy Berroa, fueron grandes. Crearon sus propios estilos...Recientemente murió en el estado de Georgia, Danny McDevitt, cuya única fama en siete temporadas en el Gran Circo, fue haber ganado el último partido celebrado en el Ebbetts Field de Brooklyn en 1957. Desde luego, nadie se interesa por el último perdedor: Bennie Daniels.

Daniels, lanzador de la raza de color, quien en nueve temporadas en las Grandes Ligas compiló 45 – 76, principalmente con los Piratas de Pittsburgh. En 1956 – 1957, actuó con las Åguilas Cibaeñas, siendo líder en bases por bolas, 63 y juegos perdidos, 8. Regresó para la temporada de 1958 – 1959, donde otra vez encabezó los lanzadores en boletos gratis con 50, entradas lanzadas , 145, y juegos ganados, 12, con unas Åguilas que terminaron en el tercer lugar, 12 juegos detrás de los líderes, Leones del Escogido.

Hasta la próxima, si Dios lo permite..Abur, abur.

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